Quienes Somos
Mior siempre estuvo ahí, escondido en un patio de Ruzafa donde habían limoneros y sábanas de hilo tendidas al sol.
En una casita de Paterna con olor a jazmines y veranos eternos.
Entre paredes desconchadas de cal blanca y olivos de Quesa.
En las historias de familia que me contaba mi abuela sobre Xàtiva.
Estaba entre los pinos gigantes de Naquera y en las piedras de la playa del Saler.
Mior siempre estuvo ahí, esperando pacientemente a salir a bailar con la música de The Rubettes.